La muerte en agosto del pasado año de un joven afroamericano en Ferguson por disparos de un policía blanco desató violentos disturbios. Las protestas se extendieron después a otras ciudades como Baltimore o Nueva York.
Estos sucesos han reabierto el debate sobre la discriminación racial y ponen en evidencia que el sueño de Luther King sigue pendiente. Tras la matanza en una iglesia de Charleston de varios afroamericanos por un supremacista blanco también se ha intensificado el debate sobre el control de armas.
Buscamos en Baltimore las raíces de estos problemas. La ciudad estuvo sumida en el caos varios días en abril tras el funeral por Freddie Gray, el joven que murió bajo custodia policial. Las pacíficas protestas degeneraron en violentos disturbios en medio de una ira incontenible. Se decretaron el estado de emergencia y el toque de queda y se desplegó la Guardia Nacional. Los barrios afroamericanos como Baltimore Oeste son símbolos de la desesperación y desesperanza de muchos negros.
“En Portada” ha querido conocer más de cerca esa ciudad que es como dos ciudades en una, la de los barrios pobres afroamericanos y la de los barrios de mayoría blanca, de la riqueza, el desarrollo y el bienestar. Baltimore Oeste es un lugar de vidas duras, de drogas, criminalidad, muerte, cárcel, pobreza, discriminación pero también de superación y de redención.